El miedo no es solo una emoción.
Es una respuesta que moldea cómo nos conectamos, cómo trabajamos y cómo asumimos riesgos.
Y no se queda en la puerta cuando entramos al lugar de trabajo.
En los sistemas informados por el trauma, el miedo no se silencia: se escucha.
Se reconoce como un dato, una señal de que algo necesita cuidado, no corrección.
Entonces, ¿y si las organizaciones incluyeran la seguridad emocional en su estrategia ESG?
¿Qué pasaría si la gobernanza no solo fuera transparente, sino también humana?
¿Qué cambiaría si entendiéramos que una cultura sostenible
es aquella donde las personas se sienten lo suficientemente seguras
como para hablar, sentir, crear?
🌱 Creo que la sostenibilidad social empieza
donde el miedo deja de ser una amenaza,
y se convierte en un mensaje.
Cuidar también es estrategia.