Últimamente hablamos mucho de burnout.
Pero… ¿y si lo miramos más allá de los síntomas?
¿Y si no es solo estrés laboral, sino una desregulación profunda del sistema nervioso?
La Teoría Polivagal, desarrollada por Stephen Porges, nos ofrece un marco neurobiológico para entender por qué el cuerpo y la mente colapsan cuando el entorno exige más de lo que permite sostener.
Cuando hablamos de burnout, no hablamos solo de “mucho trabajo”.
Hablamos de esto:
🧠 Un sistema simpático hiperactivado: alerta constante, hipervigilancia, exigencia interna.
🫥 Un sistema vagal dorsal activado crónicamente: sensación de agotamiento extremo, apatía, desconexión.
Y, lo más importante:
❌ Un entorno que no activa suficientemente el estado de seguridad y conexión social (vago ventral).
🌿 ¿Qué podemos hacer desde las organizaciones?
- Reconocer que el burnout no es un fallo individual, sino una consecuencia estructural.
- Crear espacios de seguridad fisiológica: ritmos sostenibles, liderazgo que regule, ambientes previsibles.
- Incorporar prácticas que tonifiquen el sistema nervioso: pausas activas, respiración, movimiento, escucha real.
🌱 Burnout no es debilidad. Es una señal de que algo estructural necesita cambiar.
Si queremos organizaciones sostenibles, necesitamos cuerpos que no estén sobreviviendo.
Necesitamos conectar de nuevo con esa pregunta tan básica como radical:👉 ¿Estamos bien?
💬 Puedes dejarme tus impresiones sobre esta entrada directamente en LinkedIn. Me encantará leerte.